Texto Principal: Hageo 2:6-9; Colosenses 1:16
Introducción: Dios es bueno, generoso, ilimitado y afluente. Para disfrutar de la Vida abundante que Dios planeo para nosotros debemos descubrir la generosidad, la afluencia y la liberalidad de Dios. Creamos que la vida abundante es la única clase de vida que Dios planeo para todos los seres humanos. Reconozcamos el hecho maravilloso de las riquezas de Dios. Él creó tanta abundancia en este planeta que hay suficiente para nosotros de cualquier cosa que podamos necesitar o desear porque que le pertenecen a Él y Dios las creó para que las disfrutemos aquí y ahora. Dios nos creó para la felicidad, la salud, los logros y las riquezas.
I. LAS RIQUEZAS NO SON MALAS
En el Antiguo Testamento los hombre y mujeres de Dios asociaron las riquezas, la felicidad, el éxito y la abundancia con las bendiciones de Dios. La prosperidad financiera es una bendiciones de Dios.
II. DIOS ES RICO
Dios creó todas las cosas visibles e invisibles; todo fue hecho por Él y para Él. (Colosenses 1:16) “Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visible e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de Él y para Él”.
III. HAY ABUNDANCIA PARA TODOS
El hecho de ser pobre no es una desgracia. Lo que es una desgracia es creer en la pobreza. Dios nos creó para la abundancia. Tenemos derecho a disfrutar de las riquezas que Dios creó. En Dios no hay escasez ni límites.
IV. ¿CUÁL ES EL PROPOSITO DE LA ABUNDACIA QUE DIOS CREÓ?
El dinero y la prosperidad personal son bendiciones de Dios para Sus hijos para que podamos asociarnos con Él y ser bendición a otras personas. La voluntad de Dios es que vivamos en la abundancia que Él creó.
V. LOS PENSAMIENTOS DE DIOS ACERCA DENUESTRA PROSPERIDAD
La Biblia nos revela el propósito de Dios acerca de las riquezas que Él creó en este mundo. Leamos, memoricemos, meditemos y creamos lo que Dios dice en Su Palara y permitámosle a Él cumplir Su plan en nosotros.
(Salmo 68:19); (1 Crónicas 29:12); (Deuteronomio 28:11-2); (Jeremías 2:7); (Proverbios 3:10); (Joel 2:26); (2 Crónicas 18:1); (2 Crónicas 32:27-29); (Eclesiastés 5:19); (Salmo 35:27); (Génesis 13:2); (Proverbios 10:22); (Salmo 112:1-3); (2 Crónicas 20:20).
Conclusión. El Señor Jesucristo vino y nos enseñó que todas las riquezas, la felicidad, la paz y la vida abundante de Dios son para quienquiera que cree en Él. (Juan 10:10) “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. ¡Permitamos que el Cristo vivo se ponga de pie en nuestro ser interior! Invoque Su poder de que está en nosotros. Reconozcamos Su presencia en nuestra vida; Él es suficiente para atender cualquier situación que pueda existir.