Texto Principal: (Levítico 25:8-17)
Predicación del Pastor Enrique Torra Julio 05/2020
Introducción: Todo lo que perdimos con la caída, cuando Adán cometió el pecado de alta traición, el Señor Jesucristo nos lo devolvió a través de Su expiación. Fue el día de la expiación que Dios dijo: “Y volveréis cada uno a vuestra posesión” (Levítico 25:10 ).
I. LA GRAN PÉRDIDA
Cada paso en la creación señala al hombre como la meta. La tierra, con todas sus riquezas y belleza, la creó Dios para el hombre creado a su propia imagen para que juntamente con Él fuese señoreador de la creación. Dios bendijo al hombre para que disfrutara de lo mejor de la vida. Adán, deliberadamente se reveló contra Dios y le entregó a satanás su posición y las posesiones que Dios le había entregado. Adán lo perdió todo.
II. EL GRAN DÍA DE LA EXPIACIÓN
La palabra expiación significa literalmente “cubrir”. En el Gran Día de la Expiación, el sumo sacerdote sacrificaba una vez al año a un macho cabrío para cubrir el pecado de Israel espiritualmente muerto.
Sobre los dos machos cabríos que le llevaban al sumo sacerdote, éste echaba suertes (Levítico 16:7-8). Los pecados eran puestos sobre la cabeza del macho cabrío vivo que sería enviado al desierto, luego que el sumo sacerdote confesaba las iniquidades y rebeliones del pueblo (Levítico 16:21-22) El pueblo quedaba libre de sus pecados el Día de la Expiación.
II. EL ORDEN EN EL AÑO DE JUBILEO
Cada quincuagésimo año era un Año de Jubileo durante el cual no había de haber ni siembra ni siega, toda la tierra era restituida a su propietario original y los esclavos devueltos a sus familias. El orden era:
EL AÑO AGRADABLE DEL SEÑOR
El Señor Jesucristo vino a predicar el Año Agradable del Señor, refiriéndose al Año de Jubileo en el Antiguo Testamento. Esto nos muestra que el Año de Jubileo es un tipo de las bendiciones del Evangelio ya que Cristo mismo aplica el Año de Jubileo a la era del evangelio. (Lucas 4:18-19) Hoy en día, el orden es el mismo.
Conclusión. En el Calvario el Señor pagó a favor nuestro la deuda que teníamos por nuestros pecados y nos redimió de las maldiciones de la ley (Gálatas 3:13-14); ahora por la fe en Él y Su Palabra, podemos disfrutar de todas las bendiciones del Años Agradable del Señor.