Es una necedad creer que las riquezas de Dios en esta tierra han sido puestas para que los no creyentes las controlen; Dios las creó para que nosotros, los hijos de Dios, las disfrutemos y usemos en Su plan de amor para la gente.
Pero como Dios no va a ir en contra de la voluntad de cada persona, debe esperar hasta que usted se atreva a desear tener esas bendiciones.
Hace un tiempo aprendí que si yo quiero lo que Dios quiere, entonces ese deseo es santo y bueno y tendré lo deseado. ¿Qué quiere Dios?
Abra sus ojos espirituales y vea el valor que usted tiene porque fue creado a imagen de Dios. Identifiquese con lo que Cristo hizo por usted y crea que ya recibió de nuevo la vida de Dios.
Desee lo que Dios ha restaurado para usted. Actúe para hacerlo suyo y obtenga el éxito y la prosperidad integral.
No es malo desear aquello que Cristo proveyó cuando murió. Si Cristo pagó por ello, es porque El desea que usted lo tenga. Eso hace que sea legal que usted desee este nuevo estilo de vida y actúe para obtenerlo.
Reconozca que sus deseos son realmente los deseos de Dios expresados por medio de usted.
La medida con la que le permita a Dios ser, hacer o tener en y a través de usted, depende de la intensidad de los deseos que usted tenga para ser, hacer o tener en la vida.