Texto Principal: Éxodo 33:18; 2 Corintios 6:14-18; Apocalipsis 18:4.
«Salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor,” 2 Corintios 6:17. Este es el imperativo categórico expresado por Dios que debe regir el comportamiento de todos los que anhelamos la manifestación de Su Gloria en nuestras vidas. Cuando deseamos entrar en la dimensión de la Gloria de Dios, debemos separarnos en lo natural de muchas cosas que nos detienen. Hebreos 12:1.
I. NUEVOS COMIENZOS DE SEÑALES Y MARAVILLAS.
Cuando Dios se le apareció a Moisés en la zarza ardiendo fue el Nuevo comienzo de señales para los Hijos de Israel. Éxodo 3:2-3 “Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; …”
Este milagro fue seguido por las diez plagas de Egipto; por el Mar Rojo partido para liberar a los hijos de Israel de Egipto; y cómo una nube los guiaba por el desierto proveyéndoles sombra de día y fuego de noche.
II. UNA ELECCIÓN POR HACER Hebreos 11:23-27.
Moisés cedió́ todo su poder y riquezas. Recordemos que él fue un nieto adoptivo de Faraón y aún así cedió́ todo su poder y riquezas. Todo lo dejó cuando Dios lo llamó. Moisés amó la Presencia de Dios.
III. SEÑOR, MUESTRAME TU GLORIA.
La manifestación de la Gloria de Dios en nuestra vida es el resultado de dejar todo lo que nos asedia. “…despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia…” Hebreos 12:1. El peso son las acciones, amistades y/o emociones. Moisés lo dejó todo por el Señor, “Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre”. Éxodo 33:17,18.
La vida de Moisés es un desafío para nosotros hoy día. Moisés fue amigo de Dios, pero deseó mucho más. Aún cuando Dios le dijo que enviaría Su ángel para ir con ellos, Moisés respondió que tenía que tener la presencia de Dios mismo. Él estaba dispuesto a separarse de todo y de todos los que lo separarían de Dios. No había compromiso con nadie más sino con Dios.