Texto Principal: Números 12:6; Proverbios 4:20-27; Efesios 1:16-19.
Introducción: Las visiones y los sueños son el lenguaje del Espíritu Santo. Él se comunica con nosotros a través de ellos. La única manera cómo podemos concebir en el espíritu para tener resultados extraordinarios, es a través de las visiones y los sueños. Si no tenemos una visión, dejaremos de ser creativos y estamos en vías de desaparecer.
- LA RAZÓN DE LA CAÍDA DE ADÁN Y EVA
Satanás sabía que las visiones en la mente de una persona podía crear resultados positivos. En el espíritu (corazón) es donde concibe todo lo bueno como lo malo.
- El diablo engañó a Eva motivándola a tener imaginaciones erróneas. “sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Génesis 3:5).
- Eva miró el fruto del árbol prohibido (Génesis 3:6-7).
- Antes que comiera Eva del fruto del árbol, lo vio, y vio también el fruto en su imaginación. Jugó con la idea de comer del árbol y trajo esa idea a su espíritu. Eva reprodujo la escena del árbol y su fruto en su imaginación. Viendo el árbol claramente, se imaginó que podía ser tan sabia como Dios; luego tomó del fruto y comió.
- LA MUJER DE LOT MIRÓ ATRÁS Y SE CONVIRTIÓ EN ESTATUA DE SAL
Mire con atención, mantenga fija la mirada. Este es el método divino para recibir las bendiciones de Dios. La Biblia dice en (Proverbios 4:20-22) “Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo”; y en (Proverbios 4:25) dice: “Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante”.
- La palabra de Dios para Lot y su familia fue: “… Escapa por tu vida; no mire tras ti, ni pares en toda la llanura; escapa al monte, no sea que perezcas” (Génesis 19:17).
- La mujer de Lot miró atrás y se volvió estatua de sal (Génesis 19:26).
- Cuando la mujer de Lot miró atrás, vio no solamente con sus ojos físicos; esa visión la realizó en su interior, y captó su imaginación. La codicia de su vida pasada se apoderó de ella, y Dios la castigó con justo juicio.
- El Señor Jesucristo se refirió a ella como un ejemplo para que nosotros no miremos atrás. “Acordaos de la mujer de Lot” (Lucas 17:32).
- ABRAHAM: VER ES POSEER
Dios no le dijo a Abraham, como te voy a dar toda la tierra de Canaán, solamente tienes que pedirla. Muy específicamente Dios le dijo que se pusiera de pie y mirara “…al norte, al sur, al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, te la daré a ti y a tu descendencia” Génesis 13:14-15).
- La posesión de la tierra. Abraham miró la tierra y luego que regresó a su tienda comenzó a soñar con la tierra que sería suya.
- Dios usó el lenguaje del Espíritu Santo para hacerlos creer. “Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Génesis 15:5-6). Esta visión llegó a su mente y llegó a ser sus propios sueños y visiones. Llegaron a ser parte de su espíritu.
- Cuando Abraham engendró a Isaac tenía cien años de edad y Sara noventa y le dijo Dios: “A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella. Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A qué hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara de noventa años, ha de concebir? (Génesis 17:15-17).
- Dios le dijo: “Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él” (Génesis 17:19).
- El Espíritu Santo comenzó a ejercer dominio sobre el cuerpo viejo de Abraham a través de las visiones y los sueños. Los cuerpos de Abraham y Sara fueron transformados en cuerpos jóvenes.
- Fue el Espíritu Santo el que cambió a Abraham y a Sara. Ellos fueron rejuvenecidos. Primero cambió la mente y después el cuerpo físico.
- Cuando Dios nos creó, nos creó en un mundo espiritual, para ejercer dominio sobre el mundo físico y espiritual (Génesis 1:26-28).
Conclusión: Si Dios rejuveneció los cuerpos de Abraham y Sara por medio del lenguaje de las visiones, sueños e imaginaciones, Él también lo hará con nosotros; ahora nosotros podemos también obrar a través de las visiones, sueños e imaginaciones, que son el lenguaje del Espíritu Santo.
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