Texto Principal: Hechos 10:38; Efesios 5:18; Lucas 1:41; 4:1,18; Hechos 2:4
Introducción: Vivimos en lo que se denomina la dispensación del Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo el que ha hecho al Padre y al Hijo tan reales para nosotros. Por lo tanto, conocer al Espíritu Santo nos es esencial. Debemos conocer su naturaleza, su ministerio en nosotros y por nosotros.
El Espíritu, como el Padre, es invisible; su principal tarea es revelar al Hijo, y en el Hijo revela al Padre. Por consiguiente, su ministerio invisible, es para revelar la plenitud de la Deidad al hombre y por el hombre.
I. DIOS ESPÍRITU SANTO
La Escritura declara que la Deidad obra en coigualdad, coeternidad y coexistencia, como una unidad. El Espíritu Santo obra en la iglesia con una personalidad definida. El Espíritu Santo tiene todas las características de una persona:
Todo esto revela la esfera de acción del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento y la iglesia contemporánea.
II. LA CONCEPCIÓN VIRGINAL DE JESÚS FUE POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO
La encarnación fue llevada a cabo por este acto creativo del Espíritu Santo en el cuerpo de María. “El Espíritu Santo vendrá sobre ti” (Lucas 1:35).
III. JESÚS, LLENO DEL ESPÍRITU SANTO Lucas 4:1
La palabra “lleno” del griego ‘Pléres’, significa: Repleto o cubierto encima. Por analogía: estar completo, abundar, estar lleno. La Biblia dice que cuando Elizabeth, la madre de Juan el Bautista, “oyó la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elizabet fue llena del Espíritu Santo” (Lucas 1:41). En esta Escritura, la palabra “lleno” del griego ‘Plédso’ significa: embeber (absorber, empapar, impregnar), Influir (Producir una persona sobre otra, cierta acción o efecto que la hace cambiar o variar), Proveer.
IV. DIOS UNGIÓ CON EL ESPÍRITU SANTO Y CON PODER A JESÚS DE NAZARET
“Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él” (Hechos 10:38)
Conclusión. El exitoso ministerio de el Señor Jesucristo aquí en la tierra de debió al poder milagroso del Espíritu Santo que lo capacitó para realizar las maravillas y prodigios como lo leemos en las Sagradas Escrituras. El bautismo (ser llenos) del Espíritu Santo es una experiencia diferente al nuevo nacimiento, aunque el nuevo nacimiento es la obra del espíritu en nuestro espíritu, es la llenura total de nuestro ser por el espíritu santo lo que nos capacita para servir al Señor eficazmente.